Kant, Immanuel - Logica.pdf
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Immanuel Kant - LogicaImmanuel Kant - Logica
Immanuel Kant - LogicaImmanuel Kant - Logica
Introducción
- I -
Todo en la naturaleza animada, como en la inanimada, se rige por
reglas, aunque estas reglas no son siempre de nosotros conocidas; así es
que en virtud de leyes fijas y determinadas cae la lluvia, se mueven los
animales, etc. El Universo entero no es propiamente más que un vasto
conjunto de fenómenos sujetos a determinadas reglas; de suerte que nada,
absolutamente nada existe sin su fundamento. Por consecuencia de esto, no
existen, hablando con propiedad, verdaderas irregularidades; cuando
nosotros creemos encontrarlas no es sino que las leyes que rigen los
fenómenos que observamos nos son desconocidas. [6]
El ejercicio de nuestras facultades se verifica conforme a leyes, a
las que desde luego nos ajustamos sin tener conciencia de ello, hasta el
punto de que venimos insensiblemente en conocimiento de las mismas por
hechos de experiencia y por el continuo uso de las propias facultades.
Nosotros mismos concluimos por acomodarnos tan fácilmente a estas leyes,
que después nos cuesta gran trabajo el considerarlas de una manera
abstracta. Ejemplo de esto tenemos en la gramática general, que es una
forma del lenguaje en general. Se habla también sin conocimiento de
ninguna regla gramatical, y el que habla de este modo sigue sin embargo
una gramática, y habla conforme a reglas, mas no tiene conciencia de nada
de esto.
Todas nuestras facultades, en particular el entendimiento, están
sometidas en su ejercicio a leyes que podemos investigar. Hay más; el
entendimiento debe considerarse como el principio y la facultad para
concebir las reglas en general. Así como la sensibilidad es la facultad de
intuición, así el entendimiento es la facultad de pensar; es decir, la
facultad de someter a leyes las representaciones sensibles. El
entendimiento tiende a la investigación de las reglas y se encuentra [7]
feliz con haberlas hallado. Se trata, pues, de saber, ya que el
entendimiento es el principio de las reglas, conforme a qué reglas procede
él mismo.
No hay, en efecto, duda alguna de que nosotros no podemos pensar o
hacer uso de nuestro entendimiento, más que siguiendo ciertas reglas. Mas
¿podemos nosotros concebir estas reglas en sí mismas, es decir, sin su
aplicación o en abstracto? ¿Qué son, pues, estas reglas? Todas las reglas,
según las que obra el entendimiento, o son necesarias o contingentes. Las
primeras son aquellas sin las cuales ninguna función del mismo sería
posible; las segundas aquellas sin las que no podrían tener lugar ciertas
y determinadas funciones. Las reglas contingentes, que se refieren a un
objeto determinado de conocimiento, son tan numerosas como los mismos
objetos. Así es, por ejemplo, que hay un ejercicio intelectual propio para
las matemáticas, otro para la metafísica, otro para la moral, etc. Las
reglas de este empleo particular del entendimiento en las ciencias
expresadas, son contingentes, puesto que es contingente que yo piense en
tal o cual objeto a que se refieren estas reglas particulares.
Más si hacemos abstracción de todo conocimiento [8] que solo pueda
adquirirse con motivo del objeto y reflexionamos solamente acerca del
empleo del entendimiento en general, hallamos estas reglas absolutamente
necesarias bajo todos sus aspectos y sin ninguna relación propia de los
objetos particulares del pensamiento, puesto que sin ellas no existiría
éste. Estas reglas; se pueden, pues, considerar a priori, es decir,
independientemente de toda experiencia, puesto que, contienen simplemente,
sin distinción de objeto, las condiciones del empleo del entendimiento de
una manera general, ya sea aquel puro, ya sea experimental. De dónde se
sigue al propio tiempo, que las reglas generales y necesarias del
pensamiento no pueden referirse más que a la forma, y en manera alguna a
la materia o contenido. La ciencia de estas reglas necesarias y
universales, es, pues, simplemente, la ciencia de la forma de nuestro
conocimiento intelectual o del pensamiento. Nos podemos formar una idea de
la posibilidad de una ciencia tal, de la misma manera que nos formamos la
idea de una gramática general que contiene más que la simple forma del
lenguaje en general, y no las palabras que constituyen la materia de los
diversos; idiomas.
Esta ciencia de las leyes necesarias del entendimiento [9] y de la
razón en general, o lo que es lo mismo, de la simple forma del pensamiento
en general, es lo que nosotros llamamos lógica.
Como ciencia que se ocupa del pensamiento en general,
independientemente de los objetos que constituyen la materia, la lógica
puede ser considerada:
1.ºComo el fundamento de todas las otras ciencias y la propedéutica
de toda función intelectual. Mas por esto mismo no se ocupa nunca de
objetos en manera alguna.
2.º Como no pudiendo servir de órgano para las ciencias.
Nosotros entendemos por órgano la indicación del modo en virtud del
cual se puede adquirir un determinado conocimiento, lo que exige desde
luego una noción del objeto del conocimiento para establecer después
ciertas reglas. La simple lógica no es, pues, un órgano de las ciencias,
puesto que como órgano supone el conocimiento exacto de las ciencias, del
objeto de ellas y de sus fuentes. Así es, por ejemplo, que las matemáticas
son un órgano muy señalado como ciencia que contiene la razón de la
adquisición del conocimiento referente a cierta aplicación racional. La
lógica por el contrario, en su calidad de [10] propedéutica, de toda
función intelectual y racional en general, no puede formar parte de otras
ciencias, ni anticipar nada sobre la materia o contenido de ellas; ella no
es más que el arte universal de la razón (Canónica Epicuri) de poner de
acuerdo los conocimientos en general con la forma del entendimiento, y no
merece por tanto el nombre de órgano, más que en tanto que sirve, no para
entender, sino simplemente para criticar y rectificar nuestro
conocimiento.
3.º Como ciencia de las leyes necesarias del pensamiento, sin las que
no es posible aplicación alguna del entendimiento y de la razón; leyes que
son, por consiguiente, las solas condiciones bajo las cuales el
entendimiento puede y debe ponerse de acuerdo consigo mismo -leyes y
condiciones de su legítimo empleo -la lógica es una regla. Y como regla
del entendimiento y la razón, no puede dar nada de otra ciencia ni de la
experiencia, no debe contener más que las leyes puras, a priori, que son
necesarias y constituyen la división del entendimiento en general.
A la verdad, hay lógicos que suponen en la lógica principios
psicológicos; mas es tan absurdo el introducir tales principios, como
derivar [11] la moral de la conducta de la vida. Si tomamos estos
principios de la psicología, es decir, si nosotros los sacamos de la
observación de nuestro entendimiento, veríamos con esta únicamente de qué
manera se manifiesta el pensamiento, de qué modo se produce, cómo está
sujeto a diferentes obstáculos y a diversas condiciones subjetivas; lo que
nos conducirá a leyes simplemente contingentes. En la lógica no se trata
de leyes contingentes, sino de leyes necesarias; no se trata, pues, de
saber cómo pensamos, sino cómo debemos pensar. Las reglas de la lógica no
deben tomarse, por consiguiente, del entendimiento aplicado de un modo
contingente, sino que deben sacarse de su aplicación hecha de un modo
necesario, aplicación que se halla en sí misma sin necesidad de la
psicología. No se pide en lógica cómo se conduce el entendimiento, cómo
piensa, cómo ha pensado hasta aquí, sino simplemente cómo ha debido
pensar. La lógica debe, pues, darnos a conocer el empleo legítimo del
entendimiento o su acuerdo consigo mismo.
Después de las consideraciones que acabamos de hacer acerca de la
lógica, difícilmente se pueden deducir las otras propiedades esenciales de
esta ciencia a saber: [12]
4.º Que ésta es una ciencia racional, no simplemente en cuanto a su
forma, sino en cuanto a su fondo o contenido, pues que sus reglas no están
tomadas de la experiencia y tiene también por objeto la razón misma. La
lógica es, pues, el conocimiento propio (Selbsterkenntniss) del
conocimiento y de la razón sin mirar al objeto posible o real de estas
facultades, sino solamente, en cuanto se refiere a la forma. En lógica yo
no puedo pedir qué es lo que conoce el entendimiento, cuántas cosas
conoce, o hasta dónde alcanza este conocimiento: esto sería, en tal caso,
un verdadero conocimiento de sí mismo por lo que se refiere a la
aplicación esencial del entendimiento, lo que constituye parte de la
metafísica. No hay más que una cuestión en lógica, a saber: ¿Cómo se
conoce el entendimiento de sí mismo?
Por último, como ciencia racional en cuanto al fondo y a la forma, la
lógica es además:
5.ºUna doctrina o teoría demostrada, porque se ocupa no del empleo
ordinario y como tal propiamente empírico del entendimiento y la razón,
sino de las leyes necesarias y generales del pensamiento; descansa sobre
principios a priori de donde, todas sus reglas pueden [13] ser deducidas
como aquellas reglas a las cuales debe acomodarse todo conocimiento de la
razón.
De donde la lógica debe ser considerada como una ciencia a priori o
como una doctrina como una ley de las funciones del entendimiento y de la
razón. Ella difiere esencialmente de la estética, que como simple crítica
del gusto, no tiene nada de ley, sino simplemente una regla (modelo o
patrón del empleo solamente de la critica), regla que consiste en el
concierto universal. La estética es, pues, la ciencia de las reglas del
concierto de las cosas con las leyes de la sensibilidad. La lógica, por el
contrario, tiene por objeto las reglas del concierto del conocimiento con
las leyes del entendimiento y la razón. La primera no tiene más; que
principios empíricos, y no puede, por tanto, constituir una ciencia o una
doctrina, si se entiende por doctrina una instrucción dogmática por
principios a priori, en la que se llega a conocer todo por el
entendimiento sin datos ulteriores tomados de la experiencia; y que nos da
reglas cuya aplicación produce la perfección de ser.
Se ha intentado, particularmente por los oradores y poetas razonar
sobre el gusto; mas nunca [14] se ha podido pronunciar un juicio
definitivo sobre este punto.
El filósofo Baumgartem, en Francfort, formó el plan de una estética
como ciencia, pero Home ha llamado con más propiedad crítica a la
estética, puesto que esta no suministra ninguna regla a priori que
determine el juicio en una medida suficiente, como lo hace la lógica, sino
que por el contrario, establece sus reglas a posteriori y hace más
generales, por la comparación solamente, las leyes, según las cuales,
nosotros reconocemos lo peor y lo mejor (lo bello).
La lógica es, pues, algo más que una simple crítica; es una regla que
vive asociada de la crítica, es decir, del principio para juzgar todas las
funciones intelectuales en general, mas solamente en la que mira a la
legitimidad de estas funciones en cuanto a la mera forma, pues que ella no
es un órgano como no lo es la gramática general.
Como propedéutica de toda función intelectual, la lógica universal
difiere también de la lógica trascendental, en la que el objeto mismo se
representa como el objeto uno del entendimiento; la lógica universal, por
el contrario, se refiere a todos los objetos. [15]
Si entre tanto, nosotros queremos abrazar de un solo golpe de vista
todos los caracteres esenciales que corresponden a la extensa
determinación procedente de la noción de la lógica, haremos una idea de
ello diciendo:
La lógica es una ciencia racional, no solo en cuanto a la mera forma,
sino también en cuanto al fondo; una ciencia a priori de las leyes
necesarias del pensamiento, no por lo que se refiere a los objetos
particulares, sino por lo que respecto a todos los objetos en general. -La
lógica es, por consiguiente, la ciencia de la aplicación legítima del
entendimiento y la razón en general; ciencia no subjetiva, es decir, no
formada en vista de principios empíricos (psicológicos) sino ciencia
objetiva, esto es, ciencia formada por principios a priori determinando la
materia del pensamiento que debe ocupar al entendimiento.
- II -
Divisiones principales de la lógica. -Exposición. -Utilidad de esta
ciencia.- Bosquejo de su historia
1.º
La lógica se divide en analítica y dialéctica. La analítica pone de
manifiesto por la descomposición [16] todas las operaciones intelectuales
que tienen lugar en el pensamiento en general; es, pues, una analítica de
la forma del entendimiento y la razón. Se llama también con justo título,
lógica de la verdad, puesto que contiene las reglas necesarias de toda
verdad (formal) sin las que nuestro conocimiento no es verdadero,
considerado en sí mismo, independientemente de los objetos.
A este título todavía, ella no es otra cosa que una regla para el
juicio crítico de la legitimidad formal de nuestro conocimiento.
Si se quisiese hacer servir esta doctrina puramente teórica y general
como arte práctico, es decir, si se empleara como órgano, vendría a ser en
este caso una dialéctica, una lógica de la apariencia (ars sofística,
disputatoria), lógica que resulta del simple abuso de la analítica. Este
abuso consiste en volver solamente la forma lógica para simular un
conocimiento verdadero en el que siempre los elementos (Merkmale) deben
estar tomados de conformidad con los objetos por razón del contenido.
La dialéctica se estudió en otro tiempo con gran diligencia. Este
arte asentaba engañosamente falsos principios bajo la apariencia de
verdad, y buscaba como consecuencia de estos principios, [17] el afirmar
ciertas cosas, según esta misma apariencia. En tiempo de los griegos los
dialécticos eran abogados y retóricos que conducían al pueblo como
querían, porque el pueblo se dejaba extraviar por la apariencia. La
dialéctica ha sido, pues, por mucho tiempo el arte de la apariencia; por
mucho tiempo también ha sido enseriada en lógica este arte de la
apariencia bajo el nombre de arte de disputar. Durante este tiempo la
lógica y la filosofía, no consistía más que en formar ciertos charlatanes
para cohonestarlo todo con la suerte.
Mas nada puede haber más indigno de un filósofo que el estudio de
semejante ciencia. La dialéctica así entendida, debe caer absolutamente en
desuso, y debe ser reemplazada en la lógica por una crítica de esta
apariencia.
Tenemos, pues, dos partes en la lógica: la analítica que expone los
criterios formales de la verdad, y la dialéctica que abraza los signos y
reglas según los cuales podemos saber si una cosa conforma o no con los
criterios formales de la verdad, no obstante la apariencia en contrario.
En este sentido, pues, la dialéctica tendrá, todavía una gran utilidad
como cathártica del entendimiento. [18]
2.º
Se divide también de ordinario la lógica, en natural o popular y
artificial o científica (lógica naturalis, lógica scholastica, seu
artificialis).
Mas esta división no es exacta, porque la lógica natural o la lógica
de la razón pura (sensus communis) no es lógica, hablando con propiedad;
es una ciencia antropológica que no encierra más que principios empíricos,
puesto que se ocupa de las reglas del empleo natural del entendimiento y
de la razón, reglas que solo se conocen de un modo concreto, sin haber por
consecuencia en ella un conocimiento abstracto. La lógica artificial o
científica merece solamente el nombre de lógica, como ciencia de las
reglas generales y necesarias del pensamiento, reglas que pueden y deben
ser adquiridas a priori independientemente del empleo natural y concreto
del entendimiento y la razón, aunque no pueden hallarse más que por la
observación de este empleo. [19]
3.º
Hay todavía otra división de la lógica en teórica y práctica. Mas
esta división es igualmente ilegítima.
La lógica universal, que como simple regla hace abstracción de todos
los objetos, no puede tener ninguna parte práctica. Esto sería una
contradicción en el adjetivo, puesto que una lógica práctica supone el
conocimiento de objetos a los cuales sa aplica. Podemos, pues, llamar toda
ciencia una lógica práctica, porque en toda ciencia debemos tener una
forma del pensamiento. La lógica universal, considerada como práctica, no
puede pues, ser otra cosa, que la técnica de la ciencia en general, un
órgano del método escolástico.
Esta división, dará pues a la lógica, una parte dogmática y una parte
técnica. La primera podría llamarse ciencia de los principios
(Elementarlehre); la segunda, metodología. La parte práctica o técnica de
la lógica, será un arte lógico, por lo que se refiero al orden y a la
expresión lógicamente técnica y a la distinción; arte que serviría al
entendimiento para facilitar su propia acción. [20]
Mas en las dos partes (técnica y dogmática) no se debería prestar la
menor atención, ya al objeto, ya al sujeto del pensamiento. Bajo este
último aspecto, la lógica podría dividirse:
4.º
En lógica pura y lógica aplicada.
Mas en la lógica pura consideramos el entendimiento, abstracción
hecha de las otras facultades intelectuales, no atendida mas que a lo que
él hace por sí solo. La lógica aplicada, considera por el contrario, el
entendimiento, en tanto que este se entrelaza con las demás facultades del
alma, las que influyen sobre sus acciones y la marcan una dirección mixta
u oblicua, de tal suerte, que no obra más que según las leyes que reconoce
como reguladoras. La lógica aplicada no debería, pues, llamarse
propiamente lógica. Es una psicología en la cual consideramos cómo se
produce de ordinario el pensamiento, y no cómo debe producirse. En fin,
ella enseña aun lo que es necesario hacer para emplear legítimamente
nuestra inteligencia, entre los obstáculos y limitaciones subjetivas de
toda clase que se oponen a su libre ejercicio. [21]
Nosotros podemos igualmente aprender de ella lo que favorezca el
legítimo empleo del entendimiento, los medios que se pueden usar para
salvarla del error o sustraerla de él. Mas esto no es una propedéutica,
porque la psicología que debe suministrarlo todo a la lógica aplicada, es
una parte de las ciencias filosóficas, a las cuales la misma lógica debe
servir de propedéutica.
Se dice, en verdad, que la técnica o la manera de organizar una
ciencia, debe exponerse en la lógica aplicada; más esta es inútil y aun
dañosa, porque en tal caso se empieza a edificar sin tener materiales; se
da la forma, pero falta la, materia. La técnica debe ser expuesta en cada
ciencia.
5.º
En fin, por lo que se refiere a la división de la lógica, en lógica
del entendimiento común, (sentido común) y lógica del entendimiento
especulativo, notamos que esta ciencia no puede dividirse de este modo.
No puede ser una ciencia del entendimiento especulativo, porque como
lógica del conocimiento especulativo o del empleo de la razón
especulativa, sería órgano de otras ciencias, y no [22] una simple
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