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LA SANTA BIBLIA
(VERSIÓN BIBLIA DE JERUSALÉN, 1976)
GÉNESIS
Génesis 1
1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
2 La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y
un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas.
3 Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz.
4 Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad;
5 y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche». Y
atardeció y amaneció: día primero.
6 Dijo Dios: «Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las
aparte unas de otras.»
7 E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del
firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue.
8 Y llamó Dios al firmamento «cielos». Y atardeció y amaneció: día
segundo.
9 Dijo Dios: «Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en
un solo conjunto, y déjese ver lo seco»; y así fue.
10 Y llamó Dios a lo seco «tierra», y al conjunto de las aguas lo llamó
«mares»; y vio Dios que estaba bien.
11 Dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas
y árboles frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre
la tierra.» Y así fue.
12 La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus
especies, y árboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y
vio Dios que estaban bien.
13 Y atardeció y amaneció: día tercero.
14 Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el
día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años;
15 y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la
tierra.» Y así fue.
16 Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el
dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las
estrellas;
17 y púsolos Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la
tierra,
18 y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la
oscuridad; y vio Dios que estaba bien.
19 Y atardeció y amaneció: día cuarto.
20 Dijo Dios: «Bullan las aguas de animales vivientes, y aves
revoloteen sobre la tierra contra el firmamento celeste.»
21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente,
los que serpean, de los que bullen las aguas por sus especies, y todas las
aves aladas por sus especies; y vio Dios que estaba bien;
22 y bendíjolos Dios diciendo: «sed fecundos y multiplicaos, y
henchid las aguas en los mares, y las aves crezcan en la tierra.»
23 Y atardeció y amaneció: día quinto.
24 Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes de cada especie:
bestias, sierpes y alimañas terrestres de cada especie.» Y así fue.
25 Hizo Dios las alimañas terrestres de cada especie, y las bestias de
cada especie, y toda sierpe del suelo de cada especie: y vio Dios que estaba
bien.
26 Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como
semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los
cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las
sierpes que serpean por la tierra.
27 Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le
creó, macho y hembra los creó.
28 Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y
henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de
los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»
29 Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe
sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de
semilla; para vosotros será de alimento.
30 Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe
de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de
alimento.» Y así fue.
31 Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. Y atardecío
y amaneció: día sexto.
Génesis 2
1 Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato,
2 y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho,
y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera.
3 Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios
de toda la obra creadora que Dios había hecho.
4 Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron
creados. El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos,
5 no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba
del campo había germinado todavía, pues Yahveh Dios no había hecho
llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo.
6 Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del
suelo.
7 Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e
insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.
8 Luego plantó Yahveh Dios un jardín en Edén, al oriente, donde
colocó al hombre que había formado.
9 Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a
la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y el
árbol de la ciencia del bien y del mal.
10 De Edén salía un río que regaba el jardín, y desde allí se repartía en
cuatro brazos.
11 El uno se llama Pisón: es el que rodea todo el país de Javilá, donde
hay oro.
12 El oro de aquel país es fino. Allí se encuentra el bedelio y el ónice.
13 El segundo río se llama Guijón: es el que rodea el país de Kus.
14 El tercer río se llama Tigris: es el que corre al oriente de Asur. Y el
cuarto río es el Eufrates.
15 Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén,
para que lo labrase y cuidase.
16 Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol
del jardín puedes comer,
17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque
el día que comieres de él, morirás sin remedio.»
18 Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo.
Voy a hacerle una ayuda adecuada.»
19 Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y
todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los
llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le
diera.
20 El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y
a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda
adecuada.
21 Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el
hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el
vacío con carne.
22 De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó
una mujer y la llevó ante el hombre.
23 Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y
carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido
tomada.»
24 Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer,
y se hacen una sola carne.
25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se
avergonzaban uno del otro.
Génesis 3
1 La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que
Yahveh Dios había hecho. Y dijo a la mujer: «¿Cómo es que Dios os ha
dicho: No comáis de ninguno de los árboles del jardín?»
2 Respondió la mujer a la serpiente: «Podemos comer del fruto de los
árboles del jardín.
3 Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios:
No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte.»
4 Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis.
5 Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os
abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.»
6 Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible
a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio
también a su marido, que igualmente comió.
7 Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de
que estaban desnudos; y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos
ceñidores.
8 Oyeron luego el ruido de los pasos de Yahveh Dios que se paseaba
por el jardín a la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaron de la
vista de Yahveh Dios por entre los árboles del jardín.
9 Yahveh Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?»
10 Este contestó: «Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque
estoy desnudo; por eso me escondí.»
11 El replicó: «¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has
comido acaso del árbol del que te prohibí comer?»
12 Dijo el hombre: «La mujer que me diste por compañera me dio del
árbol y comí.»
13 Dijo, pues, Yahveh Dios a la mujer: «¿Por qué lo has hecho?» Y
contestó la mujer: «La serpiente me sedujo, y comí.»
14 Entonces Yahveh Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto,
maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo.
Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
15 Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él
te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.»
16 A la mujer le dijo: «Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus
embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él
te dominará.
17 Al hombre le dijo: «Por haber escuchado la voz de tu mujer y
comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo
por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida.
18 Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo.
19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al
suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás.»
20 El hombre llamó a su mujer «Eva», por ser ella la madre de todos
los vivientes.
21 Yahveh Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de piel y los
vistió.
22 Y dijo Yahveh Dios: «¡He aquí que el hombre ha venido a ser
como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues,
cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y
comiendo de él viva para siempre.»
23 Y le echó Yahveh Dios del jardín de Edén, para que labrase el
suelo de donde había sido tomado.
24 Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de Edén
querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol
de la vida.
Génesis 4
1 Conoció el hombre a Eva, su mujer, la cual concibió y dio a luz a
Caín, y dijo: «He adquirido un varón con el favor de Yahveh.»
2 Volvió a dar a luz, y tuvo a Abel su hermano. Fue Abel pastor de
ovejas y Caín labrador.
3 Pasó algún tiempo, y Caín hizo a Yahveh una oblación de los frutos
del suelo.
4 También Abel hizo una oblación de los primogénitos de su rebaño, y
de la grasa de los mismos. Yahveh miró propicio a Abel y su oblación,
5 mas no miró propicio a Caín y su oblación, por lo cual se irritó Caín
en gran manera y se abatió su rostro.
6 Yahveh dijo a Caín: «¿Por qué andas irritado, y por qué se ha
abatido tu rostro?
7 ¿No es cierto que si obras bien podrás alzarlo? Mas, si no obras
bien, a la puerta está el pecado acechando como fiera que te codicia, y a
quien tienes que dominar.»
8 Caín, dijo a su hermano Abel: «Vamos afuera.» Y cuando estaban
en el campo, se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató.
9 Yahveh dijo a Caín: «¿Dónde está tu hermano Abel? Contestó: «No
sé. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?»
10 Replicó Yahveh: «¿Qué has hecho? Se oye la sangre de tu hermano
clamar a mí desde el suelo.
11 Pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que abrió su boca para
recibir de tu mano la sangre de tu hermano.
12 Aunque labres el suelo, no te dará más su fruto. Vagabundo y
errante serás en la tierra.»
13 Entonces dijo Caín a Yahveh: «Mi culpa es demasiado grande para
soportarla.
14 Es decir que hoy me echas de este suelo y he de esconderme de tu
presencia, convertido en vagabundo errante por la tierra, y cualquiera que
me encuentre me matará.»
15 Respondióle Yahveh: «Al contrario, quienquiera que matare a
Caín, lo pagará siete veces.» Y Yahveh puso una señal a Caín para que
nadie que le encontrase le atacara.
16 Caín salió de la presencia de Yahveh, y se estableció en el país de
Nod, al oriente de Edén.
17 Conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Henoc.
Estaba construyendo una ciudad, y la llamó Henoc, como el nombre de su
hijo.
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